martes, 11 de marzo de 2014

Las series de televisión.

LAS SERIES DE TELEVISIÓN: PRODUCTOS TERATÓGENOS.
Lo que se argumenta sobre ellas, como crítica, es a partir de un modelo: es APOCALÍPTICA, metafísica, anacrónica, definitiva y tiquis miquis; y aunque se hacen a martillazos, sin compasión y desfachatadamente, implica categorías del siglo pasado: coherencia, congruencia. Pero, las series, por el dinero que implican de por medio, la urgencia de los tiempos-la periodicidad cronométrica férrea-, la constante necesidad de que los guiones estén listos a tiempo y sean imprescindiblemente articulados, trabajados ente tres o cuatro escritores quedan forzosamente descuadrados CASI siempre, sea para uno u otro personaje; afecta el timing, los finales, la continuidad…Por el contrario: mi visión es muy sufrida, parejera, conformista y un poco estúpida: la televisión es un basurero ideológico, estético, planetario, sus obras son teratógenas, esa es su forma de ser constante y no la excepción, no la eugenesia-son por el contrario aberrantes, adefésicas- y de cuando en cuando hay obras excepcionales. Soy un receptor acrítico, no puedo juzgarlas a rajatabla, es más, casi ni las juzgo: me producen un gran placer, son montañas de cocaína para mi nariz, caviar, salmón, mas bien me tengo que cuidar de no engordar y en este caso no devenir en zombi decerebrado, por comer tanta basura. Las "fallas" de las series- masoquista que soy-, las disfruto: me gusta que sean como es mi vida ("un infierno y narrada por unos idiotas", como lo soy yo, su semejante); crónicamente imperfecta. Como ven el asunto es hedonista.

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